Ni la grandiosa ira del Dios de Trueno podría sofocar las ordas de transeuntes que diariamente se dan cita en el metro de Madrid a las 8 de la mañana. Cienes y cienes de gentes entran cual lata de conservas en los vagones a rebosar de cuerpos humanos sudorosos, olorosos y malumorados.
Pero lo peor de ello es que hay cierto tipo de personas que haciendo caso omiso de la realidad se creen en el derecho de plantarse en mitad del vagón contencioso, con un periodico! o plantándote su fantástico libro en tu nuca. Viva la cultura!, pero que pimero vivan las personas y el respeto...
www.ertitomontana.com
No comments:
Post a Comment